viernes, 15 de junio de 2012

Una ligera evolución



Las princesas de Disney han tenido cambios a lo largo de los años, pero se debe tener en cuenta que estos no han sido suficientes para reflejar la realidad de la época y el papel que la mujer tiene en ese momento. Si bien sabemos la participación de la mujer aumentó con las dos guerras mundiales, ya que la figura femenina cubrió las labores que realizaban los hombres y comenzó un movimiento que favoreciera la equidad de género. Por lo tanto el rol de la mujer en la sociedad es muy importante y no se basa solamente  en cumplir con las actividades domesticas, ni sólo cubrir el papel de ser madre o una esposa amorosa.
Si se compara la primera película de princesas (Blancanieves) con la penúltima (Mulán)  y la última (Tiana y el sapo), se encuentran cambios importantes, por ejemplo en la primera, la figura femenina es presentada como trabajadora doméstica, cariñosa, débil y con necesidad de que un hombre (el príncipe) la rescate. En cambio en Mulán se presenta a la mujer guerrera que lucha por su pueblo sin embargo, tiene que disfrazarse de hombre para poder hacerlo, ya que la figura de la mujer no era bienvenida en ese círculo.  En Tiana y el Sapo se observa a una mujer que lucha por sus sueños y que igualmente es trabajadora, pero en este caso es la dueña de su negocio y presentan a una mujer exitosa.
 Es muy claro el giro del rol de la mujer, pero también es claro que las películas de Disney no innovan y no presentan películas con propuestas que fomenten un cambio en la sociedad; siguen proyectando un estereotipo donde la mujer se ve muy ligada a sus emociones lo que la hace ser muchas veces impulsiva e irracional. Las princesas van un paso atrás de lo que sucede en el mundo, por lo que los “clásicos de las princesas” no sirven como buen ejemplo del rol que debe desempeñar tanto la figura femenina como la masculina. 


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