Las princesas de Disney han tenido
cambios a lo largo de los años, pero se debe tener en cuenta que estos no han
sido suficientes para reflejar la realidad de la época y el papel que la mujer
tiene en ese momento. Si bien sabemos la participación de la mujer aumentó con
las dos guerras mundiales, ya que la figura femenina cubrió las labores que
realizaban los hombres y comenzó un movimiento que favoreciera la equidad de
género. Por lo tanto el rol de la mujer en la sociedad es muy importante y no
se basa solamente en cumplir con las
actividades domesticas, ni sólo cubrir el papel de ser madre o una esposa
amorosa.
Si se compara la primera película
de princesas (Blancanieves) con la penúltima (Mulán) y la última (Tiana y el sapo), se encuentran
cambios importantes, por ejemplo en la primera, la figura femenina es
presentada como trabajadora doméstica, cariñosa, débil y con necesidad de que
un hombre (el príncipe) la rescate. En cambio en Mulán se presenta a la mujer
guerrera que lucha por su pueblo sin embargo, tiene que disfrazarse de hombre
para poder hacerlo, ya que la figura de la mujer no era bienvenida en ese
círculo. En Tiana y el Sapo se observa a
una mujer que lucha por sus sueños y que igualmente es trabajadora, pero en
este caso es la dueña de su negocio y presentan a una mujer exitosa.
Es muy claro el giro del rol de la mujer, pero
también es claro que las películas de Disney no innovan y no presentan
películas con propuestas que fomenten un cambio en la sociedad; siguen
proyectando un estereotipo donde la mujer se ve muy ligada a sus emociones lo
que la hace ser muchas veces impulsiva e irracional. Las princesas van un paso
atrás de lo que sucede en el mundo, por lo que los “clásicos de las princesas”
no sirven como buen ejemplo del rol que debe desempeñar tanto la figura
femenina como la masculina.
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